Quise llorar…
y no encontré
lágrimas,
como no encontré el
camino,
el que busque desde
niña.
Quise ser fuerte…
y la pena me
carcomía,
mi cuerpo se deshacía
en transparencias
en bruma que
despejaba el viento.
En mi querencia…
fui la nada que tropezaba
contra el todo,
el vació insaciable
la opulencia de la
absoluta impotencia.
Y al final soy…
la carne desechada,
el grito que se ahoga
en una garganta muda
deshecha.
Reme Gras.
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