Agua helada
empapa mi piel y cala,
profundiza, alcanzando el hueso,
congelando el corazón.
Líquido que me envuelve,
y me devuelve a la realidad,
a la rotura de un sueño
quebrando mi frágil equilibrio.
Tal vez la vida deba ser eso,
soledad, silencio, mentira...
y mi mente escape
huyendo de aquello que congela el alma.
Tirito y despierto,
me hielo y me entrego...
al desveló que siempre me acompaña.
Porque al fin y al cabo soy...
carne y alma.
Reme Gras.
Derechos reservados.
Bonito poema Reme. Me alegra poder leerte de nuevo. Buenas noches
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita Malania...
ResponderEliminarUn abrazo.
Reme.