Mi corazón marchita,
entre suaves suspiros
agónicos.
Su latido se suspende
a ratos,
otros se aceleran sin
motivo,
en un bum, bum, descompasado.
Supuran sus heridas,
aguas que no alcanzan
los ojos,
entre suspiros y
derrotas.
No se duele de traiciones,
ya no reclama
atenciones,
siquiera espera
mimos.
Solo aspira a
reposar…
en una mar rojo.
Zarpar sin lastre,
navegar a otros
mares,
donde no sea
necesario…
palpitar, latir,
donde lo único
preciso sea…
soñar, sin la memoria
de un tiempo perdido.
Reme Gras.
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