Una vez semilla,
apenas una ramita, en busca del sol,
un tallo quebradizo, agitado al viento,
ramas que germinan
con el paso de los días.
De frondosas y acogedoras sombras
refugio de tormentas…
abrigo de aves de paso.
Mi árbol creció…
con cicatrices en su tronco,
nudos en su corteza,
resina sangrante desde su sabia.
Y va perdiendo ramas…
se quiebra ante la tempestad,
lagrimean sus hojas, las pierde,
irremediablemente, sus raíces afloran.
Por la erosión del tiempo…
por la vida que dio y perdió,
mientras pasaba el tiempo,
entre estación y estación.
Reme Gras.
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