A mi padre
Es mi primer “ día del padre “ sin ti.
Que raro se me sigue haciendo en pensar que estoy sin ti, por que en realidad estas más en mi que nunca.
Dicen que nadie venimos al mundo con un manual de ser padres... ni siquiera nos aproximamos a ser buenos padres, y eso pensé durante años de ti, en ese feroz desencuentro que hace que las generaciones se enfrenten en batalla, en busca de nuestra propia afirmación.
Y mientras nos vamos afirmando en nuestro propio yo, olvidamos el desvelo, la paciencia, la entrega que nuestros progenitores nos dedicaron.
Y es en el paso del tiempo, en las diferentes escalas que la vida nos va otorgando que vamos identificando los esfuerzos, los desvelos... y vemos la entrega, y aprendemos a mirar con otros ojos a aquellos que nos dieron el ser.
Y allí te hallo, en el punto en que mi rebeldía juvenil contra lo establecido comienza a centrarse en apreciar aquello que con paciencia, quizás sin siquiera saber bien su significado ibas sembrando en mi.
Y sembraste papá... sembraste tanto y tan sin saberlo que las raíces son profundas, inmensas... y cada paso que doy la referencia hacia ti es tan importante tan sagrada que me regocijo en Dios y le doy las gracias por concederme el don divino de haberte disfrutado. Y desaparecen las rencillas, y solo quedan los recuerdos gratos... nuestras escapadas al cine por las tardes de diario, que a falta de televisión tu solías hacer con frecuencia... un aficionado tremendo al buen cine, y mis tardes de deberes subida a tu silla de trabajo, repasando tablas de multiplicar mientras con el rabillo del ojos revisabas mis tareas. O aquellas mañanas intensas de “ Picus” donde sonaban una tras otra, todas las zarzuelas de Pablo Sorozabal y que libreto en mano cantábamos a coro hasta aprenderlas de memoria.
Aquellas tardes de vacaciones pescando en la orilla de la playa con volantín, que se nos hacia de noche a los dos arremojo, arrugaditos de tantas horas...
Y las novelas que cada semana te afanabas en cambiar, cinco de pistoleros para ti y cinco románticas para mi...
Todo calo en mi.. todo me ayudo a ser yo... y a veces me apena que mis hermanos no llegaran a tiempo de saborearte... por las dificultades del momento, por tu mala salud de hierro... y me gustaría te encontraran como yo te encontré paseando de tu mano por la vida... en esta individual y original forma de ser tu que me hizo ser yo.
Nunca estarás lejos de mí, todavía siento tu abrazo, tu mirada de temor ante la ancianidad y enfermedad y tu sonrisa al verme entrar...
Siempre estarás en mi... te quiero papa...
Reme Gras. (Marzo_2009)