Con un suave
soplo…
llama a la
puerta la primavera.
Sin estridencias
ni ruidos…
cala como su
fina lluvia,
despacio y
suave, empapando la tierra.
Despierta los
brotes…
renueva la
sangre,
enciende
pasiones.
De la quietud,
arrastra al júbilo…
y sacude al
corazón dormido.
Llama a mi
puerta…
remueve mi
languidez madura,
me llama a viva
voz,
y acudo.
Temblorosa y con
miedos…
pero acudo a su
llamada,
porque es la voz
de la vida.
Y hoy la
primavera me llama…
me llama a
vivir,
y acudo.
Reme Gras.
Derechos Reservados.
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