Desde el espacio, que no del tiempo
de esa espera que no lo fue,
solo era tiempo acompasado.
Fueron minutos templados,
espacio que continuaba
una espera cálida y asombrosa
porque el destino eras tú.
Y en el espejo de tus ojos me encontré
llegue a mi destino…
Y fue mi hogar el hueco de tu abrazo,
mi reflejo se esculpió,
en el mar de tu mirada.
Y el tiempo se difumino,
donde, decíamos ayer…
Que el amor se da, se regala,
y la dicha es precisamente esa.
Darte mi amor.
Reme Gras.
Como siempre me dejas sin palabras, precioso!!!
ResponderEliminarFuerte abrazo.