Porque reniego el rechazo
no quiero desear
sentir,
esta absoluta soledad
que solo compasión inspira.
No quiero inspirar
lastima,
a mí misma, en primer
lugar
al resto del mundo
después,
un paso más tarde.
No ambiciono desear,
ni sentir ansia
ni hambre de sueños…
ni caricias,
congelo la fibra que
me hace ser.
Sin aire en mis
pulmones,
sin suspiros, ni
lagrimas,
no aspiro… desear.
Reme Gras.
Derechos reservados.
¡Muy buen poema, Siloe/Reme!
ResponderEliminarMuy amable Benjamín... gracias por tu visita.
ResponderEliminarUn beso.
Reme.
Precioso Reme,el deseo no cuesta,y no desear tampoco...
ResponderEliminarTe mando un abrazo.
Gracias Carmen... a veces una quisiera no sentir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Reme.
Precioso Reme, yo me negaba y doblegaba a sentir, ya no, ahora siento y le siento hasta los tuetanos y soy feliz. No te niegues, aunque duela.
ResponderEliminarBesos, compañera.
Gracias Yayone... me siento feliz por ti... yo paso ya de luchas, estoy muy cansada, muy muy cansada... mi tiempo termino.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tu visita.
Besos, Reme.
No sentir es no vivir, es ser un trozo de roca fría y apoltronada en la oscura y húmeda cueva del miedo. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita Bruno... aunque disiento, logicamente... los deseos solo sirven para crear dolor, aunque también es cierto que solo es mi punto de vista, lo que yo he visto en mi larga vida... a veces somos esclavos de nuestros deseos, unas veces insanos, otras irrealizables, y siempre fustrantes... no es miedo, es solo pocas ganas de seguir peleando.
ResponderEliminarUn abrazo y repito, gracias por dejar tu inestimable huella.
Reme.