Veo tus cicatrices…
las cuento y ordeno,
de más grandes a más
pequeñas
las ondas, y
superficiales.
Las hago mías,
las recalifico, las
limpio con cuidado,
las cauterizo, y las
mimo
en la esperanza de
sanar sus huellas.
Me duelo de ellas…
como si a mí me
sangraran,
siguiendo su
evolución,
con atención
desmedida.
Ojalá pudiera soltar
tus amarras,
limpiar tus alas
embreadas,
y volar junto a ti,
cruzando el cielo.
Reme Gras.
Derechos reservados.
Un gran amor se desprende de tus letras. El más noble de los sentimientos que mueven a adueñarse del dolor y curar las cicatrices ajenas. Besos y abrazo todos querida amiga.
ResponderEliminarGracias por tu huella en mi trabajo Marina... un beso.
ResponderEliminarReme.
ResponderEliminarUn poema que cautiva de principio a fin y sobre todo el final. Es espléndido !!!
Unas letras que no pasan desapercibidas porque salen del alma y restañan ciertas heridas que a través de la vida se suceden. Excelente trabajo, Reme !!!
Un fuerte abrazo y buenas tardes, amiga.
Muchas gracias Joaquín, por esa lectura tan amable de mi trabajo... feliz si es de tu gusto.
ResponderEliminarUn abrazo de vuelta.
Reme.