Vuelvo al seno del
mar,
útero que me contiene
encerrada en mi
concha
desnuda de cuerpo y
alma.
De espaldas a todo,
a ese mundo que hiere
y destruye,
cierro puertas y
ventanas,
corro cortinas, y
precinto rejas.
En mi mundo licuado,
lleno de mareas
suaves,
recobro el pulso de
mi yo interior.
Y lloro sin lágrimas,
al abrigo de mi
concha de nácar,
renaciendo en mi
matriz de aguas saladas.
Reme Gras.
Derechos reservados.
Precioso y la vez triste poema...cargado de sensibilidad. Un beso y un abrazo amiga.
ResponderEliminarMuchas gracias Marina... siempre tan amable conmigo.
ResponderEliminarUn beso.
Reme.
Tristemente bello Reme, aún en su tristeza me encanta.
ResponderEliminarMi felicitación, amiga.
Un fuerte abrazo y feliz tarde.
Se me da muy bien logrado el poema, amiga. Estupendo!
ResponderEliminarAbrazos
Gracias por tu apoyo Carmen... un abrazo.
ResponderEliminarReme.
Muchas gracias José.... encantada si te gustó.
ResponderEliminarUn beso.
Reme.
ResponderEliminarSuele suceder que lo triste gusta tanto como lo alegre y eso tiene una explicación. Es para saber diferenciar ambas emociones y valorar todavía más la alegría como punto norte. Tu estilo es muy peculiar y a la vez enigmático y eso, amiga toca el alma.
Besiños y feliz semana !!!
Que hermoso poema querida amiga Reme Gras. Cuanto dicen tus palabras qe la mayoria de nosotras las mujeres no nos atrevemos a plasmar, versos suaves , delicados, llenos de una nostalgia que toca ciertamente las fibras mas profundas del ser. Esplendido, sumamente delicado y bello. Gracias preciosa amiga por la belleza de tus palabras , es un privilegio para mi, el poder leerte. Te envío mi cariño y admiración. Rocio.
ResponderEliminarMuchas gracias Joaquin... una siempre escribe desde su corazón, y lograr agradar a los lectores es todo un logro...
ResponderEliminarUn beso.
Reme.
Mi estimada Rocío... todo un privilegio tu visita y saberte ahí dedicamdome tus minutos.
ResponderEliminarUn abrazo querida compañera.
Reme.