Atardecer de verano,
de paredes blancas,
encaladas,
de cigarras gritonas…
sin dar tregua al
descanso.
Ese zumbido
estridente…
que se une en el
ocaso
al grito incesante de
los grillos,
orquesta plomífera y
agotadora.
Recuerdos de verano,
de calima y botijo,
de tardes al fresco
de la parra,
y cotilleo de
vecinas.
Calles de tierra
polvorienta,
regadas con caldero
de zinc,
aromas de jazmines.
Mosquitos disfrutando
el festín
noche prometedora,
gentes en la calle,
ansiando el frescor de la noche.
Reme Gras.
Derechos reservados.
Precioso amiga. Un beso muy grande.
ResponderEliminarMuchas gracias Marina...
ResponderEliminarUn beso.
Me encantan esas cigarras gritonas, me traen buenos recuerdos, entre ellos la estación del verano que me apasiona, me cambia la cara la sangre...todo.
ResponderEliminarHas pulido la joya, me encanta!.
Un fuerte abrazo Reme.
Muy sonoro y visual, me ha encantado. Un beso
ResponderEliminarMuchas gracias Carmen... me sentía nostálgica... ya sabes lo que los atardeceres inspiran.
ResponderEliminarUn beso y gracias por tu visita.
Reme.
Muy amable Chari... gracias por tu visita.
ResponderEliminarUn beso.
Reme.
Se me da muy bien el poema, amiga. Es un placer leerte.
ResponderEliminarAbrazos
Muchas gracias José... encantada con tu visita.
ResponderEliminarUn beso.
Reme.