Mi alma es laguna quieta,
salpicada por la
lluvia,
empapándose del todo
que es la vida…
en perpetua quietud.
Llora mi alma…
lágrimas oscuras y
sangrantes,
después de milenios
de cicatrices,
cuya huella sigue
siendo imperceptible.
Llora mi alma…
ante la indiferente
mirada del mundo,
ante la sangre que
empapa el suelo.
Nada nos sacude ni
estremece,
ni la tormenta, ni la
lluvia…
frente al final… el
alma, solo sabe llorar.
Reme Gras.
Derechos reservados.
Preciosos versos Reme. Es un placer para mi leerte y escuchar tu dulce voz amiga.Muchos besos y abrazos.
ResponderEliminarMuy amable Marina... me alegra que te gusten mis versos.
ResponderEliminarUn beso.
Reme.