sábado, enero 16, 2010

Mi oración por las victimas de Haití

¡ Que alguien despierte a Dios!
Una llamativa frase de un amigo que despertó mi alma, ya de por sí inquieta.
Esta frase, gritada al viento por la catástrofe de Haití, entendible a simple vista, plantea en mi conciencia miles de preguntas y reflexiones.
Hacemos a Dios, responsable ultimo de todos los males del mundo de una forma tan descarada como impensada.
Nos creemos pequeños dioses, creadores de casi todo aquello que podemos trasformar, por lo que no pensamos a la hora de construir y reformar ciudades en que hay una fuerza superior que todo lo puede, aunque para los no creyentes se llame naturaleza y para otros se llame Dios.
Nos puede la naturaleza, somos seres vivos dependientes de la madre naturaleza, de ella vivimos y ella es la que decide hasta cuando, a pesar de la medicina y de nuestra soberbia.
En primer lugar hay una premisa elemental que obviamos repetidamente: “somos seres finitos”, nacemos y morimos, esa es la base elemental que solemos olvidar.
En segundo lugar: “ Dios nos deja el libre albedrío”, ¿ qué hacemos nosotros “ pequeños dioses” con nuestro derecho a decidir?, ¿Acaso repartimos las riquezas del mundo equitativamente entre los seres que habitamos el planeta?, ¿O tal ves nos ocupamos de respetar esa naturaleza que es la fuente de vida que nos lleva a la longevidad?
¡ Sí, que alguien despierte a Dios! , Y que además consiga que despierte el hombre... ese hombre que vive a su aire sin pensar nunca en el resto del mundo.
¿¡ Que hacemos nosotros con las bendiciones que Dios nos da!?, ¿ ¡Cómo repartimos los bienes de la tierra¡?
Nos rasgamos las vestiduras ante la inmensidad de la catástrofe, pero nadie se para a pensar en esas personas antes, de su precariedad en la vivienda, en su vestido, en su comida diaria... solo ante un mazazo de la naturaleza, nos volvemos a los cielos clamando por la falta de misericordia de Dios...
¡! Cuanta hipocresía ¡!... cuanta falta de autocrítica y que poca verdad en ese llanto que dentro de unos días será solo una referencia en los periódicos y nosotros volveremos a nuestra rutina y a adormecer nuestras conciencias tranquilamente descargando nuestra responsabilidad en la palabra...
¡¡ QUE ALGUIEN DESPIERTE A DIOS!!
Reme Gras.

Llueven estrellas


Estrellas de hielo
Dulcemente desde el cielo
Se deslizan a la tierra
Cubren el lecho terreno de suave blancura
Guardando su húmeda fertilidad
Abrigando semillas de vida
Llora el cielo en silencio
Sembrando el suelo de humedad
Abrazo del cielo y tierra
Es el nudo que une el universo
El regalo de los Ángeles
El útero de la vida
Un silencioso canto de vida renovada
Llueven estrellas desde el cielo
Preñando la tierra de vida.
Reme Gras

jueves, enero 07, 2010

Por otros mares


Navego por otros mares
Me dejo llevar por el viento
Al antojo de mareas nuevas
Corrientes de agua helada
Después del llanto, la pena
Me arrastra la corriente
Otros mares me esperan
Nuevas rutas que cruzar
Esperando encontrar respuestas
Ante la duda de la existencia
Solo queda navegar
Seguir la estela del viento
Hasta llegar a puerto
Reme Gras.