Hay un tiempo paralelo a las compras, los atascos, los regalos, las aglomeraciones y las prisas.
Hay un tiempo caminando paralelo al consumo, a las cenas de empresa, a los regalos del amigo invisible...
Ese tiempo de adviento, donde el corazón es espera y prepara la venida del Mesías, aquel que nos hará libres, que nos colmara de gozo...
Y de ese tiempo desearía hablaros.
Sucedió que en Belén de Judea nació un niño hace ya 2009 años y eso removió el mundo en sus cimientos, por que ese niño nos hablo de amor sin medidas, de libertad sin cadenas, de dar sin esperar, de hay su grandeza, su majestad y su magnificencia.
Ese mensaje lanzado al mundo nos libero de una carga insufrible, y por eso es tan importante su cumpleaños, por que nos dio la vida, su vida, para que entendiéramos y creciéramos como seres humanos.
Nadie como Jesús ha dado tanto sin esperar nada a cambio, nos ama por que si, aun sabiendo nuestras pequeñas ruindades, nuestra falta de humanidad y nuestro egoísmo.
Por eso es tan importante celebrar su nacimiento, aunque nosotros lo mezclemos todo y hagamos de su cumpleaños un festival de compras y carreras sin sentido.
Hay que buscar el centro del mensaje y aprender a esperar su venida, con la autentica medida, sabiendo que espera de nosotros, que no es que durante unos días sonriamos y nos digamos buenas palabras, si no que aprendamos a darnos como el se dio, ese es el mejor regalo.
Para daros a todos cuantos de algún modo mantenemos un contacto quisiera comenzar por daros deseos, mis mejores deseos para vosotros.
Deseo que tengáis paz de espíritu, para que podáis caminar con serenidad y afrontéis la vida con fortaleza.
Deseo que ninguna fuerza extraña os desaliente, que cada mañana viváis vuestro día como si fuera él ultimo y el primero.
Os deseo una feliz navidad, un crecer en vuestra humanidad.
Reme Gras.