Mi alma prendida en alfileres
se mantiene en un equilibrio
ficticio,
jugando a malabares.
Aferrándose a mi cuerpo
con furambulismos imposibles.
Camina en la línea invisible a los
ojos,
intentando contener el respirar,
para evitar el choque frontal,
la pirueta que me aplaste contra el suelo.
Prendo mi alma con alfileres a la
vida,
y rezo por conservar el fino hilo,
que me cose a la vida.
Reme Gras.
Derechos reservados.