lunes, septiembre 28, 2009

La losa del olvido


El llanto que no cesa
Soledad compañera
Pesa sobre mí la losa del olvido
Recuerdo guardado
En lo profundo hundido
Desamor, lucha perdida
Batallas perdidas
Aun antes de pelearlas
Triste condición humana
Amar lo imposible
Perder la batalla
Ante el amor perdido
Pesa ante mí la losa del olvido
Solo guardo en mi
Él haberte querido
Reme Gras

lunes, septiembre 21, 2009

Sin mirar al cielo



Se oscureció el universo
No hay brillo en las estrellas
Las noches de luna llena palidecen
Noches de primavera cálida
Donde con ansia miraba el cielo
Buscando la estrella más brillante
Esperando un futuro venidero
Contando estrellas
Con la esperanza puesta en el firmamento
Ahora ya no miro el cielo
Ya no cuento estrellas
Se apago el universo
Cuando se acabaron tus besos
Reme Gras

martes, septiembre 15, 2009

En el recuerdo


En el recuerdo.
Ya pasaron trescientos sesenta y cinco días... con sus minutos, con sus espacios vacíos, con el hueco de tu falta...
Y pasaron llenos de ti, de tú ausencia... y sigues a mi lado en el recuerdo, y cada minuto que vivo tu presencia me acompaña.
No estas físicamente, pero esta tu legado, esa sonrisa con la que irónicamente recibías las tonterías... ese abrazo fuerte que dabas cuando te sentías mal, esperando anclarte en mi, buscando ese punto que te hiciera retomar el timón de tu vida con fuerza y severidad.
Mi querido papa... no te fuiste por que sigues en mi corazón y pesa tu ausencia solo cuando la fragilidad de mi cuerpo pide un beso, un abrazo físico, eso que me haga recordar que a tu lado estaba segura, que nada malo pasaría mientras tú estuvieras a mi lado.
Puedo escribirte... puedo sentirte, recordarte... pero no te puedo besar... y eso pesa en mi como losa de mármol.
Y recurro al recuerdo de tus brazos.. Cuando me elevabas del suelo como una plumita al viento, aliviando mis temores y dejando fuera de mí las penas... así... elevada entre tus brazos alivio mis pesares, y ya no te siento lejano, por que mientras tenga recuerdos, papa estará conmigo.
Reme Gras.

domingo, septiembre 06, 2009

La fiereza de la vida



La fiereza de la vida
Cuando repasas la historia del hombre en la tierra, entiendes que sobrevivieron gracias a su vida en sociedad, eran un tiempo en los que sobrevivir dependía tanto de la fortaleza física del individuo, como del apoyo del grupo social al que pertenecía.
En la evolución se fueron perdiendo muchas cosas, fuimos adaptando nuestro modo de vida a las circunstancias de nuestro entorno, y de ser seres sociales y dependientes del grupo, pasamos a ser seres individualistas hasta el extremo, personas solas, hasta limites insospechados, personas capaces de vivir para sí mismos, y solo en contados momentos dejar su madriguera para procrear o relacionarse y de nuevo inmediatamente volver a su independencia absoluta, sin ataduras ni obligaciones...
Hay nace el nuevo mal del milenio, seres que vagan por el mundo en busca de compañía, pero nada les complace, nada les sirve, si alguien se acerca lo suficiente le encuentran miles de peros a su perfil, con tal de no dejar su “cómoda” forma de vida.
Y lloramos la falta de amor, y no sabemos darlo, y realizamos montones de charlas, cumbres, y no sabemos como caminar. Eso es el mal del llamado primer mundo.
Queda el otro, aquel que gira todavía entorno al grupo a la familia, y que va envenenando su modo de vida caminando hacia el ocaso de su vida social, Es un tercer mundo, (mal llamado) por que en el todavía se conserva la esencia del núcleo familiar y humano que por supervivencia sigue uniendo vínculos afectivos fuertes y les hacen ser más sensibles, más humanos si cabe.
Quizás suene apocalíptico, pero en mi vivir diario siento esa feroz batalla por preservar la intimidad, por reservarse del otro de forma que nuestro mundo se va ampliando con las nuevas tecnologías que nos permiten una vida social, pero ajustada a nuestro intimo interés y deseo de independencia, mientras nadie se introduzca demasiado en nuestro nido todo funciona, pero si en algún momento sentimos que alguien se adentra demasiado en nuestro corazón, levantamos la muralla rápidamente.
Un triste final para la humanidad...¿ ó no?
Reme Gras.