Camino a la orilla del sendero,
siempre al límite, suavemente
sin pisar con fuerza,
evitando la confrontación,
evitando la confrontación,
Con un caminar trémulo,
con los pies ligeros,
con el lastre de la costumbre,
hasta con miedo.
Sin fuerzas para alzar el vuelo…
anclada a la tierra,
aunque sin raíz que me sostenga.
Miro al centro del camino,
desde la ventana,
a la orilla del camino.
Reme Gras.
Derechos reservados.
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Me encuentro frente a un bello poema. Me ha encantado. A mi regreso te dejo el abrazo incondicional de siempre.
ResponderEliminarMuchas gracias Alma.... bienvenida de nuevo.
ResponderEliminarUn beso, Reme.