El tiempo juega
en mi contra,
y en tu contra…
Todos los
minutos que no tuvimos,
los que perdiste
y dejaste ir.
El tiempo que te
dedique,
y se diluyo en
pálido reflejo
en desperdicio,
en angustias.
Ese tiempo que
se evaporo…
ya no es ni recuerdo,
es solo fracción
de vida muerta.
Y desde la vida…
la que me resta
por vivir,
despereza la
ilusión dormida.
Mi tiempo ya no
te pertenece,
es el oro del
resto de mis días.
Mi hoy se funde
con el sol de las mañanas,
de todo el
tiempo que me queda por vivir.
Reme Gras.
Derechos reservados.
El tiempo... ese Damocles sobre nuestro reloj
ResponderEliminarUn saludo
Así es Francisco... pero siempre queda la esperanza de que los momentos venideros recompensen la perdida.
ResponderEliminarUn beso querido poeta.
Reme.