Desencanto.

Se rompe el hechizo…

desaparece el encanto.

Despierto a la realidad,

con una sacudida suave,

casi una caricia.

Es solo un suave aterrizaje,

un pisar tierra firme,

sin derrapajes.

La ilusión atrapa…

atrapa el deseo y el sueño,

la esperanza de un nuevo mañana.

Y sin darte cuenta…

tropiezas con esa delicada frialdad,

ese alto en tu vuelo,

que te sacude y despierta.

Las heridas cicatrizadas…

te llevan de la mano,

haciendo que olvides donde están los limites.

Y basta una palabra…

un elevar la mano.

Y comprendes…

la vida no brinda más oportunidades,

los sueños son…solo sueños.

Reme Gras.

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Esos versos.

Esos versos

Esos versos que se desencadenan

que van creciendo en mi interior,

evocando palabras,

conjurando sueños.

Se engarzan como abalorios,

componiendo imágenes,

recreando sentires,

imaginando alcanzar el cielo.

Son huérfanas palabras escritas,

en lienzos blancos solitarios,

como el corazón que los inspira.

Esos versos tristes,

que se lamentan de olvidos,

los alegres y primorosos,

rendidos ante el amor alcanzado.

Todos son hijos de las musas,

pequeñas semillas de mostaza,

sembradas al azar,

henchidas de esperanzas.

Los versos que hoy lloro,

son amargos momentos de duelo.

Y todos ellos, los tristes,

los alegres y esperanzados.

Son los frutos de mi inspiración,

la catarsis de mi mente,

el ancla que me une al suelo,

las alas que me elevan.

Mi desesperado grito,

mi paz, mi pena, mi alma, mi vida.

Reme Gras.

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Avalancha

Avalancha

Sensaciones que crecen,

montañas de sentimientos,

crecen y fermentan

sin levadura…

Desmesuradamente siguen avanzando.

es una avalancha de sentires,

de sensaciones encontradas,

de indefensión ante su fuerza.

Solo el cielo puede frenarlo,

y mi plegaria se alza a lo alto,

suplicando ayuda.

Me sobrepasa,

siento esa avalancha sin freno,

enterrando mi equilibrio,

arrancando mis raíces,

desterrándome del suelo.

Ante mis temores…

solo queda la oración,

la suplica, mi llanto,

y la piedad del cielo.

Reme Gras.

Derechos reservados.

Medidas.

Uno de mis poemas reconocidos en Castillo Mágico de Poetas. Todo un orgullo pertenecer a este grupo y compartir con ellos versos y sentires.

Temblores

La fragilidad se acomoda,

entra sin ser llamada,

y se hace dueña del espacio.

Tiemblan las emociones,

presagiando cambios,

duras pruebas.

Esa frágil estabilidad,

conseguida con un titánico esfuerzo,

se tambalea y agrieta.

Mi envoltura porosa,

lejos de proteger…

se resquebraja y transparenta.

¡Solo tu abrazo me libera!

¡Solo tus palabras me consuelan!

Abrázame  con ternura,

con la fuerza de tus versos,

con el calor de tu voz.

Abrázame…

y ahoga mi temblor.

Reme Gras.

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En un ladrillo.

Mis pies, en un ladrillo…

quietos, inmóviles.

Intentando no salir de mi espacio,

sin apenas moverme,

imperceptible al entorno.

No salgo del lugar conseguido,

el mínimo susurro…

apenas el simple respirar.

No quiero despertar al ogro dormido,

ese que gusta de mi llanto,

que apetece  de mis penas,

hurgando en lo profundo de mi herida.

Aislada en mí ladrillo,

donde construí mi mundo,

pequeño y cerrado,

pero es mi mundo.

Donde me siento a salvo,

de la inexplicable locura,

 de un mundo hostil y moribundo.

Reme Gras.

Derechos reservados.

Sobrevivir.

Sobrevivo a duras penas…

me aferro al yo de mi interior.

El exterior daña… erosiona, mata,

vuelve del revés las entrañas.

No miro atrás…

pero el pasado vuelve machacón,

insistente en zaherir,

en cuestionar mi vida,

despreciativo é hiriente.

No basta mi propósito de ignorar,

mi paso firme en mis principios,

la marea de emociones arrastra,

hiriendo gratuitamente.

Y sigo caminando hacía mi futuro…

intentando sobrevivir.

Reme Gras.

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Mi recompensa

La vida…

convertida en batalla,

en camino angosto,

en tortuoso sendero.

El subsistir…

conviviendo con la injusticia,

con los desencuentros,

la disparidad de criterios.

Sobrevivir… al miedo,

a la sensibilidad, que marca diferencias.

Después de pelear la batalla…

de haber perdido algunas,

haber ganado otras.

Después de todas las cicatrices…

llego mi recompensa.

La vida me premio…

con el mejor regalo,

el amor que lleno mi vida.

Tú presencia en mi mundo.

Reme Gras.

Derechos reservados.

Huecos

El vacío que siento…

no se llena con palabras,

ni con grandilocuentes historias,

siquiera, con algún testimonial gesto.

Son huecos retorcidos,

oquedades en el alma,

espacios sin vida.

Ya no se que esperar…

ni si esperar sirviera.

No hay raíz que me sostenga,

ni ramas que el viento agite.

Solo existe el vacío,

la insaciable sensación de ausencia.

Y el absurdo reina…

con su corona de barro,

en total plenitud.

Reme Gras.

Derechos reservados.

La línea

Camino descalza,

bordeando la línea,

que me aboca al abismo.

Intento controlar el vértigo,

no mirar al fondo…

respirando hondo.

Y la debilidad de mi cuerpo se acentúa,

no hay paralelismo,

entre cuerpo y espíritu.

Quizá es cansancio…

o tal vez solo sea apatía,

y sobre todo desaliento.

Perdí mi fe en lo humano…

los instintos básicos crecen,

a cada paso, son más fuertes,

y la humanidad se avoca al vacío,

bordeando la línea conmigo.

Reme Gras.

Derechos reservados.